Colegiada N. 8307 - Miembro del Colegio de Psicólogos de Cataluña desde 1995

De un tiempo a esta parte he notado un aumento significativo de las parejas que requieren ayuda. Por supuesto, este aumento puede deberse a muchos factores distintos pero me da pie a pensar que quizá haya que hacer una columna con algunas reflexiones al respecto.

Para empezar, la pandemia y sus restricciones ha impactado directamente en las parejas durante el confinamiento… y después de él. El aumento de las tensiones derivadas de una situación social muy difícil de gestionar  se lleva a la relación de pareja produciendo un deterioro que se experimenta como «crisis de pareja».

Pero creo que hay más factores. Por ejemplo el empoderamiento de la mujer que ha hecho que algunos de los roles clásicos en la pareja se hayan cambiado. Un cambio de roles que requiere «adaptaciones» por parte de ambos miembros y que puede producir tensiones durante el proceso de adaptación.

También creo que es importante en este tema el cambio de modelo familiar convencional. En muchas parejas trabajan los dos miembros y la llegada de hijos se pospone. Esa falta de hijos (que en muchos casos actúan como «pegamento de la relación» al ser objeto del interés común) hace que se focalice más en la pareja tanto las aspiraciones como las expectativas. A mayor foco, mayores desacuerdos y tensiones.

Las apreturas económicas han pasado a afectar a muchas más parejas que antes. El empleo inestable, los alquileres altos, el aumento de los precios de los suministros, etc. obligan a recortar en actividades menos imprescindibles, como el ocio, por ejemplo. Ese ritmo de vida más austero, con privaciones impuestas por la necesidad de optimizar los recursos, provoca una sensación de «infelicidad» que se proyecta también en la relación de pareja.  

La crispación propia de las redes sociales que se proyecta en todos los campos (política, convivencia, etc.) se proyecta también en las parejas. «Cabrearse» es algo cada vez más frecuente y cotidiano que alimenta la sensación de infelicidad.

Seguro que hay más factores. Pero ceo que el mensaje es claro: las parejas necesitan un esfuerzo de intencionalidad mayor para que el amor y la convivencia puedan superar las dificultades que la vida pone siempre. A veces la tarea resulta complicada. Si necesita ayuda, no dude en consultar con profesionales. Será una buena decisión.