Los grandes medios de comunicación son empresas muy potentes dirigidas por consejos de administración en los que participan, a su vez, otras empresas grandes (bancos, constructoras, fondos de inversión, etc.). Todas estas empresas se mueven por intereses, necesitan ganar dinero y hacen estudios de mercado que les dicen cuáles son las noticias que más venden, las noticias que atraen la atención de más gente. Si se trata de internet, estudian qué tipo de titulares generan más «clics» y más «likes». Es como si lo bueno, lo positivo que ocurre en el día a día no fuera interesante.
El resultado de esos intereses es la abundancia de un tipo de noticias cuyo interés informativo es cuestionable pero que tienen en común la excepcionalidad y una carga importante de morbo. Lo que en los años 70 y 80 eran noticias de «sucesos» relegadas a publicaciones menores, a partir de los 90 y sobre todo en este siglo, han pasado a ocupar espacios importantes en medios de comunicación masivos y en horarios de máxima audiencia.
Noticias sangrientas, de asesinatos, navajazos (si son machetazos aún atraerán más «clics») violaciones y demás actos humanos cargados de violencia, ocupan espacios importantes en los medios y las redes sociales y son consumidas por amplias capas de la población. Pues bien, este consumo masivo de contenidos violentos genera en muchísima gente un desasosiego, un temor, un estado de alerta y sobresalto que pasa factura psicológica.
Llegan a mi consulta muchas personas que padecen situaciones de estrés, procesos depresivos, momentos vitales complicados y que me dicen «…y como vivimos en unos tiempos tan violentos» o «se oyen tantas cosas que asustan». Es decir, hace tiempo que vengo observando que las personas vivimos nuestras vidas, a veces tan complicadas, en un clima social de mucho más temor que unos años atrás y tengo el convencimiento de que ese «decorado social» tan terrible está directamente relacionado con los intereses de los grandes medios de comunicación y sus tendencias a dar más espacio, más minutos, más visibilidad, a un tipo de noticias que les generan más beneficios pero que al, mismo tiempo, están generando un entorno social mucho más amenazador para todos nosotros. Tan es así, que suelo recomendar limitar el consumo de noticias como complemento a la terapia.