Colegiada N. 8307 - Miembro del Colegio de Psicólogos de Cataluña desde 1995
Lo más alarmante en la realidad psicológica de nuestro tiempo es la cifra de suicidios, especialmente entre la población joven… aunque no solo. En el año 2020, último dato del que disponemos, el suicidio fue la principal causa de muerte en personas de entre 20 y 24 años (datos de defunciones según causa de muerte del Instituto Nacional de Estadística). El total de suicidios en España (todos los grupos de edad) aumentó de 3.671 en 2019 hasta los 3941 del 2020. Desde entonces, aún sin datos oficiales, la impresión es que la cifra ha seguido aumentando en la postpandemia. Seguro que el confinamiento y la pandemia han tenido un papel en el aumento de suicidios pero queremos apuntar otras causas. Para ello explicaremos la relación entre el futuro y el suicidio. Los seres humanos nos relacionamos con el pasado a través de la memoria. Y a través de la imaginación nos relacionamos con los futuros posibles. Ya hemos dedicado otras columnas al mecanismo de la memoria y sus características. Analicemos lo que pasa con el futuro.Imaginamos futuros distintos tratando de acertar cuál va a ser finalmente el real. Aunque las variantes son impredecibles y casi nunca podemos acertar al 100% lo que pasará (sobre todo a medida que ampliamos el plazo de tiempo) hacemos este ejercicio de imaginación para diseñar nuestros comportamientos y decisiones a esa perspectiva de futuro, tratando de conseguir una realidad futura lo más positiva/deseable.

El problema se presenta cuando todas las cosas que imaginamos de nuestro futuro son negativas ¿Qué hacer entonces?. La mayoría de las personas tratamos de ir modificando cosas para ir mejorando las perspectivas. Eso lo mueve la esperanza, la confianza, el pensamiento positivo… Pero algunas personas no son capaces de encontrar ninguna vía que resulte mínimamente positiva en un panorama futuro muy negativo. Para esas personas el futuro es sumamente amenazador, tanto, que la supresión total del futuro aparece como una alternativa más que como una amenaza.

Las crisis sucesivas (económicas, medioambientales, pandemia, etc.) han impactado sobre todo en la población joven a la que se le presenta un futuro muy incierto del que se afirma sin pudor que «será peor que el de sus padres». Y no lo duden, por esa vía encontrarán uan parte importante de la explicación a los datos estadísticos.